Esta mañana hemos hablado mucho en la sesión de filosofía. Hemos hablado sobre todo de la felicidad. Hemos pensado en qué nos pone contentos, qué nos hace felices. Hemos preguntado si lo que hace feliz a los niños es diferente a lo que hace feliz a los adultos. Y hemos hecho una lista de las cosas que nos dan felicidad: nuestro primer intento de definir la felicidad.
¿Nuestra principal conclusión? ¡La felicidad comienza por el estómago!
¿Nuestra principal conclusión? ¡La felicidad comienza por el estómago!
Ilustración de Quentin Blake. Si en algún lugar existiera una "tarta de felicidad" ¡seguro que se parecería un poco a ésta! |
Fecha: 5 de diciembre, 2012
Lugar: CEIP Estados Unidos de América - Huarte de San Juan
Clase: 3 años (con Pilar Lara Arribas)
¿Quiénes estuvimos?
Estuve yo (Ellen),
Pilar (la profesora)
y los siguientes niños y niñas:
Adrián Mansilla
Victoria
Alba Torres
Leonardo
Iain
Pablo
Adrián González
Andy
y
Christian
OBJETIVO DE LA SESIÓN:
El objeto de esta tercera sesión es ir rutinizando la estructura de las sesiones y practicar los hábitos de:
- hablar con voz alta y clara
- escuchar atentamente a los demás
- expresar acuerdo o desacuerdo
- pensar y
- dar razones (decir por qué).
Hay que recordar que estas primeras sesiones son introductorias y el objetivo general principal es la familiarización con la actividad.
De todos modos, cada sesión tiene un objetivo más específico también. En este caso, nuestro objetivo ha sido conseguir que hablemos todos sobre qué nos hace felices.
CONTENIDO DE LA SESIÓN:
Sentados en círculo, nos hemos saludado todos y hemos dicho que hoy en filosofía vamos a hablar sobre la felicidad, sobre qué nos hace felices, qué cosas nos ponen contentos.
Hemos explicado que hoy vamos a practicar otra de las cosas muy importantes de la filosofía: dar razones, o decir por qué.
Enseguida nos hemos puesto a practicar. Hemos preguntado si estamos contentos hoy y hemos intentado explicar por qué.
He preguntado a Pilar, la profesora, si estaba contenta esta mañana y nos ha contado que sí. Cuando le he preguntado por qué venía tan contenta hoy ha dicho que ella estaba muy contenta porque sabía que íbamos a hacer filosofía y que íbamos a leer un cuento muy bonito, y eso le ha puesto muy contenta. A Pilar le hace muy feliz leer cuentos juntos. Luego Alba Torres nos ha dicho que ella está muy contenta esta mañana porque ha desayunado algo muy rico: tostada con tomate. Todos hemos estado de acuerdo en que a veces la comida nos puede poner muy contentos, ¡sobre todo si está rica! Luego ha sido el turno de Victoria y nos ha dicho algo muy interesante también. Ella esta contenta porque no toma tomate. A veces, especialmente si no nos gusta algo, el alivio de no tomarlo puede darnos también felicidad. Nos ha contado que ha desayunado una taza de leche y eso también le ha puesto muy contenta.
Entonces Pablo nos ha dicho que está contento porque está contento. Aquí hemos interrumpido un momento y hemos explicado que esa razón no vale, que hay que buscar otra. Si repetimos lo que intentamos explicar, no vale. Entonces no podemos decir "estoy contento porque estoy contento", porque se repite. Tenemos que decir otra cosa. Le hemos preguntado a Pablo si su mamá le ha dado un beso esta mañana y nos ha dicho que sí. Y entonces le hemos preguntado si eso le ha puesto contento. Y ha dicho que sí. Entonces, una de las razones por las que Pablo está contento esta mañana es porque su madre le ha dado un beso buenísimo esta mañana. Los besos también pueden hacernos felices.
¿Qué más? Adrián González no estaba seguro de si estaba contento o triste. Antes de empezar la clase de filosofía, se había dado un pequeño golpecito y se había puesto un poco triste. Cuando nos hacemos daño, nos pone un poco triste. Le hemos preguntado a Adrián que nos hablara de una vez cuando sí estaba contento o de algo que le pone contento.
Entonces ha interrumpido Victoria para recordar que ayer en la obra de teatro que vinieron a representar al cole, se subió al escenario y que eso le puso muy contenta. Todos los que se subieron asintieron. Subirse al escenario les puso contentos. Hacer cosas divertidas, y "atrevernos" a subir a sitios, nos puede dar mucha felicidad también.
Pero enseguida volvimos a Adrián González. Él no se subió al escenario. Pero hablamos un poco de películas y de si nos podían poner contentos ver películas que nos gustan. Andy dijo que a él le gustaba El Rey León y Batman. Adríán González no conoce El Rey León, pero Rayo McQueen sí que lo conoce y le gusta y le pone contento.
Andy ha dicho que está muy contento esta mañana porque quiere ver El Rey León y Batman. Le ponen contento las películas que le gustan.
Luego le ha tocado a Iain. Todos nos hemos puesto a hablar un poco a la vez. E Iain estaba hablando bastante bajito. Entonces hemos esperado a estar todos escuchando bien y luego Iain nos lo ha contado bien, en voz más alta. Le pone muy contento encontrar todas las mañanas de diciembre un chocolatito pequeñito en el calendario de adviento.
Adrían Mansillla ha dicho que le pone contento la lechuga. A algunos nos ha sorprendido mucho esto, pero Adrián ha insistido. Leonardo está contento por su mamá, porque su mamá le ha despedido esta mañana y le ha dado un beso. A Christian le ha puesto contento su desayuno. Ha desayunado un plátano.
No sé si lo veis vosotros, pero ¡qué buenas razones hemos dado! Casi todas nuestras razones han sido de las que valen, de las buenas, de las que explican de verdad.
Y hemos comenzado a construir nuestra propia definición de la felicidad: la felicidad nos la puede dar una comida rica, un beso de alguien a quien queremos, una película que nos gusta, un buen cuento, atrevernos a hacer cosas...
¡Filosofía a la de una! ¡Filosofía a la de dos! ¡Filosofía a la de tres!
Y hemos leído un cuento sobre un camaleón insatisfecho que desea ser como todos los demás animales que va viendo en su visita al zoológico. Desea ser grande y blanco como un oso polar y ¡zas! su deseo se convierte en realidad. Desea ser hermoso como un flamenco y ¡zas! le crecen alas y patas rosadas. Y así con todos los animales que va viendo hasta convertirse en un verdadero cacao de animal. Por fin, desea poder ser él mismo de nuevo y vuelve a su apacible vida de cazamoscas. Podéis escucharlo de nuevo aquí, haciendo clic en el botón de "play":
El cuento nos ha hecho bastante gracia. Es que no os imagináis la evolución del pobre camaleón. Aquí está al principio:
Aquí está a medio camino:
Y aquí lo tenemos casi al final, el pobre:
Después de leerlo, hemos preguntado si nos ha gustado el cuento y todos hemos dicho que sí. Pablo ha dicho que lo que más le ha gustado del cuento ha sido el arco iris que sale al final.
Luego hemos pensado un poco sobre el cuento.
Hemos observado que el camaleón tiene muchos deseos en el cuento y que todos se vuelven realidad. Consigue todo lo que quiere. Hemos preguntado si a nosotros se nos hacen siempre realidad los deseos y hemos dicho que no. A veces tenemos deseos que no se cumplen. No podemos conseguir siempre todo lo que queremos, aunque a veces nos gustaría. Pero luego hemos preguntado si el camaleón que consigue todo lo que quiere es feliz.
¿Creemos que el camaleón está contento? Y al principio todos hemos pensado que no. Pero cuando hemos preguntado si hay algún momento en el cuento donde el camaleón está contento, algunos hemos pensado que sí. Iain ha dicho que piensa que el camaleón está contento al final, "cuando se convierte en él", porque pasa por allí una mosca y tiene hambre y se quiere comer la mosca.
Al camaleón, al fin y al cabo, le hacen feliz las moscas, como a Christian su plátano de esta mañana, a Iain sus chocolatitos y a Alba su tostada con tomate.
Hoy nos notamos todos un poco cansados así que en este punto decidimos hacer sólo una pregunta más antes de dar por finalizada la sesión.
Antes hablamos sobre las cosas que nos hacían felices a nosotros. Pues bien, ahora la pregunta que hemos hecho es si las cosas que nos ponen contentos a los niños son las mismas cosas que nos ponen contentos a los mayores. Hemos preguntado a Andy qué pone contenta a su mamá y nos ha contestado que la comida. ¡Parece que no solo para los niños empieza la felicidad por el estómago! ¿Qué otras cosa le ponen contenta? Andy nos ha dicho que se pone contenta cuando le da un beso. También le ponen contenta los besos.
Adrián Mansilla nos ha contado que a su mamá le pone contenta el tomate. ¡Más comida! Pablo nos ha dicho que su mamá se pone contenta cuando le da un beso. Leonardo nos ha contado que su mamá se pone contenta con comida. La mamá de Victoria se pone contenta con comida y con queso. Y la mamá de Alba se pone contenta con la leche. Así que parece que todos, adultos y niños, nos ponemos muy contentos con la comida.
Luego Pilar nos ha contado otra cosa, además de los cuentos, con la que se pone muy contenta. Nos ha contado que se pone muy contenta, muy feliz cuando, por ejemplo, invita a comer a su casa a sus amigos, a su mamá, a sus hijos. Se pone muy contenta, porque le gusta estar con ellos y los quiere mucho y quiere estar con ellos. Ven la tele, cuentan historias y disfrutan. Luego yo he dicho que a mí otra cosa que me pone contenta es que el padre de Iain me quiera mucho y también me pone muy contenta querer al papá de Iain y a Iain. Aparte de la comida rica que también me pone muy contenta, claro está.
Entonces hemos resumido un poco las cosas que nos pueden hacer contentos. En la lista que hemos ido confeccionando, hemos dicho la comida. Todos estamos de acuerdo en que la comida, si comemos cosas que nos gustan, puede ponernos contentos. También pueden dar felicidad los besos. También leer cuentos juntos, ver películas juntos, atreverse a hacer cosas como subir a un escenario, dar amor a tu familia, recibir amor de tu familia... ¡muchas cosas nos pueden poner contentos!
¡Qué bien hemos hecho filosofía hoy! Hemos hablado, escuchado, pensado y hemos dado razones, hemos dicho por qué.
Y hemos hecho una lista realmente buena de lo que es la felicidad o de lo que nos hace felices.
Antes de irnos, Pilar nos ha contado que en estos cuatro días del puente y del fin de semana, ella va a hacer una cosa que le hace muy feliz. ¡Va a poner el árbol de navidad en su casa!
Al final hemos preguntado si nos ha gustado la sesión de filosofía de hoy y a todos nos ha gustado. ¿Qué nos ha gustado más? También hoy, ¡el cuento!
¡Qué buen trabajo hemos hecho en esta sesión! La siguiente, el 15 de enero.
¡Hasta entonces!
Filosofía a la de una, filosofía a la de dos... ¡filosofía a la de tres!
¡Hasta entonces!
Filosofía a la de una, filosofía a la de dos... ¡filosofía a la de tres!
NOTA: El libro es El camaleón camaleónico, de Eric Carle, editado por Kókinos. Podéis leer más sobre los otros temas filosóficos (ya para niños más mayores) que aborda este libro aquí. Y podéis comprarlo o pedirlo en vuestra librería infantil.
Me emociono cada vez que leo las experiencias. Y cuando luego voy a tus textos sobre el contenido y las posibilidades del libro para este tipo de discusiones, me emociono más aún. Tu trabajo es de un valor incalculable. Qué buena ocasión me has brindado; a mí me hace feliz tu trabajo y que lo reflejes en tus blogs.
ResponderEliminarBesos
Celia
Muchas gracias, Celia, por el comentario. Yo me emociono al leer tu reacción. Una cosa es que yo esté entusiasmada con el proyecto, pero otra es poder inspirar a otros el mismo entusiasmo. ¡Cómo me alegro!
ResponderEliminarGracias de nuevo,
Ellen
Gracias por este pedazo de blog... ays si lo leyeran más maestros... yo soy maestra de infantil y me pienso poner las pilas para intentar imitarte... todo empezó buscando algo sobre vamos a cazar un oso y mira dónde estoy? enhorabuena!!!! me encantas! Filoasofía poder!
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, Eva Mª. Imita todo lo que quieras :). Por cierto si te interesa esto con infantil, también puedes intentar ver el documental francés "Sólo es el principio", que muestra una experiencia parecida con niños de 4 años. http://www.youtube.com/watch?v=xyFXZxFiIk4
ResponderEliminarHola Ellen, me encanta tu blog y he empezado con mis niños de 4 años a llevarlo a la practica. Vamos por la sesion tercera, y bueno, les esta costando eso de soltarse a hablar. Pero espero conseguirlo dia a dia. Gracias por compartir tu experiencia con todos y con tan buenas explicaciones, lo que nos permite imitar tus estrategias.
ResponderEliminarHola Carmen, ¡Cómo me alegra que lo estés haciendo en tu clase! ¿Grabas las sesiones? Te lo digo porque muchas veces, al principio, especialmente con los pequeños, es fácil acabar las sesiones pensando que no se ha dicho nada y que no hay gran avance, por así decirlo. Pero luego cuando se escucha la sesión, se da uno cuenta de lo muchísimo que decimos siempre. ¡Aunque no siempre se atenga estrictamente al tema! A esta edad simplemente que se vayan soltando ya es un logro. Y verás como poco a poco, todo va adquiriendo más sentido. Un abrazo y para lo que quieras, aquí estamos.
EliminarHola Ellen, después de mucho tiempo me decidí a armar mi taller donde intento relacionar todo lo aprendido estos años en torno a la promoción de lectura. Entre esas cosas estuvieron siempre presentes tus blogs, así que empecé recordándolo con "Camaleón camaleónico". La idea era que el tema surigera de la charla grupal sobre el libro.
ResponderEliminarEl espacio es un lugar donde se imparten talleres gratuitos para los chicos del barrio que no tienen gran poder adquisitivo. El grupo está conformado por chicos de entre 5 y 13 años (muchos de ellos familiares) con algunos adultos del mismo lugar de entre 18 y 29 años.
Después de la lectura surgió espontáneamente el tema de la felicidad y hubo una discusión entre si los ricos son más o menos felices que los pobres. Sería largo poner las respuestas pero en general nos quedamos pensando si todo lo que suponemos que es de una manera no tiene que ver con la mirada de quien lo juzga.
Para terminar leímos el libro de Isol "Cosas que pasan" (Una nena quiere ser distinta de cómo es y a la que se le presenta un genio para cumplirle un deseo. La primera reacción es de alegría y la segunda de decepción ante una única posibilidad, y entonces pide: TODO. El genio busca en su catálogo y como TODO no figura, le da lo que tiene a mano: un conejo gris. La nena está contenta con el conejo pero termina diciendo ¿y si fuera azul?)
Comparamos los dos cuentos, en qué se parecían y en qué no y terminamos pidiendo un deseo imposible: solo uno.
Quería contarte esta experiencia porque aunque me di cuenta de muchas cosas que tendría que haber hecho, quería que supieras que sos una gran inspiradora.
Querida Selva: Muchísimas gracias por tu comentario. Es tan gratificante que te cuenten estas cosas. Fantástico hacerlo con un grupo tan amplio en rango de edad y con adultos también. He visto en FB las fotos de tu sesión y me ha encantado verlo. Muchas gracias por contármelo, Selva. Y por recordarme el libro de Isol. Lo leí pero no lo he usado nunca, así que lo pongo en mi lista de "filosofables". Un abrazo grande.
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